Me gusta cuando me pones boca-abajo
y te sientas en mis nalgas;
masajeando con tus manos mi espalda, desnudo.
Noto como te pones nervioso,
como te excita mi cuerpo
mientras siento moverse a tu miembro.
Acaríciame entera,
cúbreme de tus besos, y tómate tu tiempo.
Me gusta que vayas lento, muy lento;
sin dejar ni un hueco,
que me recorras por completo.
Me gusta cuando me agarras
de la cadera y me pongo a cuatro
patas,
como animales sin freno.
Te deslizas sobre mis muslos,
y entonces entras con delicadeza
mientras me agarras una teta.
Yo, aprovecho para estimularme
todavía más, frotando mis dedos
a mayor velocidad.
No se trata de ir rápido
de correr, ni corrernos...
Entonces, ¿de qué se trata?
pues... De la conexión.
De pelarse para volver a engancharse.