Reencuentro?

Y tú también decides ahora aparecer...

Aquel año fué duro. Perdí mucha gente de un bofetón seguido, cada uno por un motivo distinto; pero al fin y al cabo, decidiste desaparacer de mi vida. Y lo hubiera aceptado de otra manera si no me sintiera excusa.
Confiaba en tí, para mi eras algo más que parte de mi familia; eras además amiga,
y entendí tu dolor y tus razones para decirme "adiós", pero cortar nuestra relación no te iba a hacer olvidar si la mantenías con los demás. Enterarme de eso fué lo que me empujó a olvidar-te, a no pretender entender tus motivos o tus no razones.
Siempre admiré tu alegría, estabas llena de energía y entusiasmo, por esto mismo sabía que saldrías adelante; pero quizás debiste pensar mejor de quién tenías que despedirte y con quién quedarte.
No pretendo echarte nada en cara, soy consciente de lo mal que lo pasaste, pero día tras día crece mi desconfianza...Tú ya lo sabías. Sabías la cantidad de veces que me han dejado tirada, y yo cada vez más, voy pasando página. Y cada vez más, me quedan menos lágrimas.

No soy ninguna piedra, pero intento no sentirme como una gilipollas. Como la persona buena que todo el mundo recuerda. Porque me he cansado de dar pena, y de que todas las personas me den pena. He aprendido a seguir sonríendo aún perdiendo cosas, a ser perseverante para ganar otras, y a ser egoísta en su justa medida para no rendirme y hacerme heridas. No se que va a ocurrir en tu caso; me enteré que te fuistes a vivir lejos...Sabía que algo así ocurriría, y la verdad que el temor no sería la palabra, pero la inquietud de poder encontrarnos en aquel entonces cualquier día me inquietaba por el hecho de no saber como reaccionarías...¿Debía saludarte, pararme a preguntarte? ¿ó era mejor pasar de largo y no molestarte?...Eso ya da igual. El caso es que seguí adelante y aunque muchas veces pensaba en tí y te recordaba, ya no me importaba; porque era feliz y porque yo en todos los momentos hice lo que sentí.

Seguramente todo esto que podría escribir en formato carta nunca llegue a dártelo,
quizás si algún día nos cruzamos, nos sentemos a tomar un café y charlemos. Ó puede que ya no quiera volver a abrir puertas y deje que todo esto mañana sea pasado.
Son cosas que ahora mismo no me apetece pensarlo, prefiero que solos se sucedan los actos.